martes, 29 de enero de 2008

Aún Aquello Que No Nos Atrevemos a Pedir

Derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestras conciencias de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atreveríamos a pedir.




¿Qué hay entonces tan adentro de mí corazón? ¿Qué es eso que no me atrevo a pedir?

Pediría entonces una linterna para ver con claridad el deseo que grita y es ignorado. El deseo que busca una cosa y se le concede otra!!!!! Clarividencia entonces para hallar la esencia de ese grito mío, ese puro y natural. No sea que me distraiga en banalidades, alejando al sabio anhelo del corazón de la felicidad que el reconoce.